El domingo por la noche los candidatos Republicano y Demócrata se reunieron en la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri, para enfrentarse en un segundo debate televisivo. En un país asediado por los llamados payasos asesinos, el bufón más odiado por los medios liberales y “Killary” Clinton salieron a la palestra para “debatir” los problemas a los que se enfrentan los EEUU y el mundo. Lo que sucedió después no fue más que un desastre a cámara lenta – un reflejo fidedigno de la clase capitalista un siglo después de su fecha de caducidad.
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